Parametros quimicos del agua de riego

Una CE elevada puede indicar un riesgo de salinización del suelo. Es importante evaluar el contenido de materia orgánica. El análisis del agua y del suelo permite ajustar la fertilización fosfatada. Es importante tener en cuenta la concentración de nitratos al planificar la fertilización.

Sin embargo, un exceso de nitratos puede contaminar las aguas subterráneas. El boro (B) es un micronutriente esencial, pero en altas concentraciones es tóxico. La presencia de nitratos (NO3-) en el agua de riego puede contribuir a la fertilización. Monitorear la alcalinidad es esencial en suelos calcáreos.

La materia orgánica puede mejorar la estructura del suelo, pero también favorecer el crecimiento de microorganismos. Evaluar los parámetros químicos es crucial para prevenir problemas como la salinización. Esto reduce la permeabilidad del suelo y dificulta el crecimiento radicular.

Los cloruros (Cl-) presentes en el agua de riego pueden ser tóxicos para algunas plantas. Se mide la Relación de Adsorción de Sodio (RAS) para evaluar este riesgo. La turbidez se mide en unidades nefelométricas de turbidez (NTU). La relación Ca/Mg debe ser equilibrada para un crecimiento óptimo.

La turbidez del agua puede indicar la presencia de partículas en suspensión. La conductividad eléctrica (CE) mide la concentración de sales disueltas en el agua. La disponibilidad de fósforo en el suelo depende del pH. La calidad del agua de riego impacta directamente en la salud del suelo y el rendimiento de los cultivos.

El análisis del agua permite ajustar las enmiendas del suelo. Un pH óptimo facilita la absorción de fósforo por las raíces. Aguas demasiado calientes pueden dañar las raíces. La presencia de metales pesados en el agua de riego representa un riesgo para la salud humana y ambiental.

El análisis del agua permite optimizar el uso de fertilizantes.